Llamar a las cosas por su nombre es una parte fundamental para la igualdad, incluso después de 28 años de haberse eliminado la homosexualidad del listado de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud, razón por lo que el 17 de mayo, se celebra el día internacional contra la homofobia, transfobia y bifobia, para recordar que actualmente lesbianas, gays, bisexuales y trans, siguen siendo víctimas  de discriminación y violencia en el mundo.

Una fobia es un temor a algo que no presenta ningún peligro real. La homosexualidad, la transexualidad y la bisexualidad no son un peligro en sí mismos, son los prejuicios creados y anclados en el tiempo, es una realidad que ha existido desde tiempos inmemorables, y que no obliga al resto de la sociedad. Con este día se pretende visibilizar y normalizar a estos colectivos, ayudados por las instituciones y la legislación vigente, hablamos de la constitución española de 1978, que en su artículo 14 dice:

 “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancias personal o social”.

– En 1994 el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas dictamina que las leyes que prohíben la homosexualidad violan el derecho a la privacidad y a sufrir discriminación.
– Ley-8/2017 Andalucía, para garantizar los derechos, la igualdad de trato y la no discriminación de las personas LGTBI.
– En el 2000 se aprueba la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, que prohíbe por primera vez la discriminación por motivos de orientación sexual.

Poco a poco la no discriminación hacia personas homosexuales, bisexuales y transexuales entran en las agendas políticas del mundo, consiguiendo visibilizar las necesidades de estos colectivos.

En pleno siglo XXI, todavía hay parte de la sociedad que rechaza la diversidad sexual y de género, y para ello es necesario una educación donde comencemos a valorar las diferencias y a respetar las diferentes orientaciones, para así conseguir una sociedad tolerante y respetuosa con la individualidad.

Todavía queda mucho camino por recorrer dado que aún existen países donde está prohibida la homosexualidad y la transexualidad, incluso con pena de muerte, leyes difíciles de entender ya que hablamos de que se les prohíba sentir lo que sienten. Esta realidad hace que determinados jóvenes entren en conflictos emocionales, sometiéndose a procedimientos psiquiátricos y siendo estigmatizados por parte de la sociedad en la que viven.

En la evolución de las sociedades en el mundo, es necesaria una respuesta eficaz para abordar los retos en materia de integración y derechos sin discriminación por razón de sexo.  Esperemos que poco a poco vayamos superando prejuicios y haciendo frente a una realidad que si intentamos empatizar con los diferentes colectivos mencionados, ganaremos todos consiguiendo una   sociedad más tolerante e igualitaria.


Junta de Andalucía

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